Con la llegada de las altas temperaturas, los niños, las personas enfermas, las dependientes y las personas mayores son los grupos vulnerables a la hora de sufrir un golpe de calor. Pero es este último conjunto de personas las que más riesgo corre, debido que tienen una sensación reducida del calor y por lo tanto se protegen menos del calor. De ahí que se multipliquen las advertencias y las recomendaciones para refugiarse de las altas temperaturas.
Conforme aumenta la edad, las personas son más susceptibles a tener un golpe de calor. Ahora bien, la edad no es la única consecuencia a considerar, ya que hay personas menores de 60-65 años que presentan enfermedades neurodegenerativas, psiquiátricas o enfermedades crónicas, que imprimen un riesgo mayor que el que presentan otras personas en torno a los 80-85 años que tienen un buen estado basal de salud. “Es decir, que influyen otros factores añadidos como las enfermedades, especialmente las que afectan a la esfera psíquica y cognitiva, la diabetes, insuficiencias orgánicas avanzadas, las que enfermedades infecciosas que cursan con fiebre, las que cursan con pérdidas de líquidos y electrolitos (vómitos, diarrea, heridas exudativas etc.) y los medicamentos que deben tomar para el control de éstas, especialmente los diuréticos, laxantes, anticonvulsivantes y psicofármacos”.
Consejos para prevenir golpes de calor en personas mayores
Es muy importante, para evitar sustos innecesarios, seguir algunas recomendaciones que ayudarán a evitar los golpes de calor.
Hidratarse constantemente
Beber abundantemente, ocho vasos de agua al día (2 litros): El 80 por ciento debería ser agua y el 20 por ciento restante, si se quiere, a base de tisanas, café, leche, o por los propios alimentos.
Evitar la exposición prolongada al sol
Sobre todo en personas mayores, es muy importante no estar durante mucho rato al alcance del sol. Máxime en las horas de más calor y humedad.
No ingerir comidas pesadas
Es importante para no tener digestiones muy pesadas, ya que aumentan la temperatura del cuerpo. Ensaladas, verduras, frutas, comidas ligeras que deben ser muy frecuentes en verano.
Llevar ropa fresca y ligera
Prendas de vestir que permitan una buena transpiración y que el calor no se quede impregnado en el cuerpo.
Estar en estancias bien ventiladas y frescas
Tener las persianas bajadas, o las cortinas, para evitar que el sol aumente la temperatura del lugar.
Ducharse con asiduidad
Es la mejor manera para refrescarse rápidamente y regular la temperatura de nuestro cuerpo.
Acompañamiento, la mayor confianza
Especialmente, es muy importante estar atentos a las personas mayores para evitar los efectos del calor tan peligrosos para su salud. Prestar atención a los ancianos, para que cumplan con los consejos expuestos anteriormente, es una función tan o más importante que seguir con las indicaciones.
Por esto, si nosotros o algún familiar, no podemos estar con nuestro ser querido es conveniente poder tener la seguridad que, a pesar de esto, nuestro anciano va estar siempre con la mejor atención para prevenir los golpes y efectos del calor. Una enfermera, con experiencia y referencias en el trato con personas mayores, puede ser la solución más adecuada para que el verano sea, esta vez sí, una época sin ninguna complicación.